La Agenda 2030 supone un paso
adelante en la cooperación internacional, fomentando y promoviendo alianzas entre
distintas partes para alcanzar acuerdos y entre todos lograr los Objetivos de
Desarrollo Sostenible.
En el segundo reto del curso, se
nos pregunta por las Alianzas que haya podido desarrollar nuestra
Administración o aquellas en las que hayamos trabajado para alcanzar los
objetivos, pero personalmente no he trabajado en ningún proyecto de
colaboración o alianza, y por lo que podido conocer mi administración local
tampoco, aunque intentaré resolver el reto con la documentación adjunta al bloque2.
Las alianzas generalmente pueden
ser publico-privadas y/o multiactor. Las primeras son claramente contractual,
con los elementos propios de cualquier contrato y los actores son más limitados,
generalmente son alianzas orientadas a la colaboración entre una administración
y agentes de la sociedad civil, mientras que las alianzas multiactor son
generalmente mas flexibles en cuanto a requisitos formales y objetivos a
conseguir, siendo mucho amplio el grupo de actores que pueden participar, sin perjuicio de que se establezcan
responsabilidades, recursos, riesgos y logros específicos de manera conjunta y
con un impacto. Estas alianzas se realizan generalmente entre países.
Las razones por las que es
positivo trabajar en alianzas es porque se pueden compartir las habilidades y
recursos, mediante la colaboración activa trabajando por separado desde distintos
niveles y lugares, ahorrando tiempo y energía, pero esto no es para nada
sencillo, existen también dificultades para minimizar los riesgos de
incumplimiento. Los equipos multidisciplinares han de desarrollar habilidades
sociales y conocimientos técnicos sólidos para mantener la motivación del
equipo para obtener resultados, incluyendo aspectos innovadores continuos. Es
fundamental mantener vínculos de colaboración y capacitación continuos para el
existo de la alianza. El papel de los facilitadores es fundamental para crear y
desarrollar una alianza desde el inicio del ciclo, son necesarios desde la fase
de preparación a la finalización para asegurar la participación.
Son varias las alianzas multiactor
en las que participa nuestro país, las desconocía, pero me ha sorprendido que
muchas de ellas se enfocan en la transmisión e intercambio de información y
conocimientos, sobre todo de tipo socio económico y empresarial. Hemos tenido
la oportunidad de conocer a personas que han trabajado directamente el la
Alienza Shire, en Etiopia, en la que a través de la cooperación española se han
desarrollado soluciones innovadoras de acceso a energía que mejoren los
servicios y calidad de vida de los habitantes en los campos de refugiados.
En mi caso utilizare este ejemplo
para reconocer los ODS presentes en el desarrollo de la alianza y el propósito de
la colaboración, que ha sido la necesidad de contar con la experiencia de la
empresa privada para resolver ciertos problemas humanitarios, la falta de
conocimiento de iniciativas con impacto en el campo de la energía dentro del
contexto humanitario y la existencia de empresas españolas en el sector de la
energía con una sólida Responsabilidad Social Empresarial.
Los ODS que han sido parte del proyecto
de la Alianza son: 1.- Fin de la pobreza, 3.- Salud y bienestar, 7.- Energía
asequible y no contaminante, 11.- Ciudades y comunidades sostenibles y por
supuesto 17.- Alianzas.
El principal objetivo es, además de ampliar el
alcance a servicios comunitarios y alumbrado público, desarrollar un modelo de
suministro de energía basado en mecanismos de mercado, cuyo alcance comprende
el despliegue de 2.000 sistemas fotovoltaicos domiciliarios y la creación de
empresas locales.
Inicialmente se identificaron socios
potenciales para que cubrieran todos los servicios necesarios para la provisión
de energía eléctrica, pero tras un análisis de complementariedades e intereses
compartidos se seleccionó a: Iberdrola, compañía española con gran experiencia
en la generación de energía y mantenimiento de redes; Signify, empresa líder en
soluciones de iluminación; y la Fundación Acciona.org, con gran experiencia en
la implementación de modelos de negocio innovadores para la provisión de
servicios de energía eléctrica en zonas remotas de Latinoamérica. La
participación de la AECID, además de proveer financiación, brindó capacidades
institucionales y diplomáticas, así como conocimiento específico en el ámbito
humanitario y de la protección de refugiados.
En la Alianza Shire, el análisis
de los incentivos de los socios no se realizó hasta la segunda fase, ya que
durante la fase preparatoria se habían identificado incentivos comunes para la
colaboración, como son: la posibilidad de involucrarse en un proceso innovador
de aprendizaje y cambio; la reputación positiva de los socios y la naturaleza
de la iniciativa; y para los socios del sector privado, la posibilidad de
fortalecer sus políticas de sostenibilidad en proyectos de alto impacto como
capacidad diferencial de la empresa. Las mayores dificultades u obstáculos
identificados fueron la ausencia de alianzas previas satisfactorias, y de otras
experiencias en alianzas en el complejo campo de la acción humanitaria, así
como la falta de regulación, marcos e instrumentos administrativos específicos
para el trabajo en Alianza.
La Alianza da lugar a el
LABSHIRE, que surge como iniciativa de ser un espacio participativo que atrae e
integra conocimientos, capacidades y aprendizajes que se adquieren en los
proyectos. En definitiva, pretende ser un espacio diferenciado en el que se
asegura que se dedica el tiempo necesario a la experimentación, co-innovación y
gestión del conocimiento, procesos que a veces se ven limitados por las
necesidades propias de los proyectos.
En conclusión, esta alianza ha permitido
influir en los marcos, aprovechar y canalizar recursos y financiación y ampliar
sus proyectos pilotos, gracias a la consolidación de la relación entre las
organizaciones, estabilizando su existencia en un medio plazo y aumentando el
impacto de sus actividades.
Como principio de actuación de la
alianza creo que ha sido el saber generar confianza en la ejecución del
proyecto, ofreciendo resultados a largo plazo y transformando el terreno sobre
el que ha trabajado, mejorando la eficiencia de los suministros y servicios de
energía por empresas locales actualmente, con el respaldo de la Alianza y las
entidades facilitadoras para alcanzar los objetivos.